19 de abril de 2012


LA JORNADA A GARCÍA MÁRQUEZ EN EL TOLIMA
Por: Carlos Orlando Pardo 

En el teatro Tolima Carlos Orlando Pardo y William Ospina 
en el comienzo de la jornada en homenaje a García Márquez  
organizado por la dirección de cultura departamental y la 
secretaría de cultura municipal.
Cada vez la práctica vuelve cierto el lema de Unidos por la grandeza del Tolima en todos los campos, sin timideces y con apertura a temas nacionales e internacionales de interés. Por algo el gobernador desde antes de serlo jalonó un liderazgo nacional en pro de nuestra cultura cuando por su iniciativa  como  Congresista se aprobó la ley 851 de 2003, en donde  el Festival Folclórico Colombiano, el Festival de la Música y el Concurso Nacional de Duetos se convirtieron en  Patrimonio Cultural  y Artístico de la Nación. Se trata de lo propio hacia el país y el mundo, pero también el país y el mundo hacia acá para ser universales. De allí que, gracias a la apertura sin timideces que la gobernación de Luis Carlos Delgado Peñón le hace a la cultura, su dinámico director, Mauricio Troncoso, acompañado en la tarea por la Secretaria de Cultura de Ibagué, organizó en la tradicional semana de la literatura que se cumple en esta capital, no todas las veces, con participación de los escritores de la tierra, un homenaje a Gabriel García Márquez, el máximo cultor vivo en el mundo de lengua castellana. Algunos pusieron su grito en el cielo porque esto se hacía, sin entender que una manera de ser tolimense es conectarse con el planeta, mucho más cuando los temas centrales estuvieron marcados por la relación del Nobel con gente de aquí. Los más representativos exponentes de nuestras letras e intelectualidad, exceptuando mi caso, estuvieron allí con su autoridad y su prestigio que hace honor a la región. Gloria Triana,  William Ospina, Jorge Eliécer Pardo, Héctor Sánchez, José Antonio Vergel, Jorge Iván Parra, Alfonso Gómez Méndez, Jairo Rivera, por ejemplo, discurrieron sobre los viajes de García Márquez a Villarrica e Ibagué, sus crónicas memorables sobre el caso, su intervención en los procesos de paz, el viaje que organizara una ibaguereña a Estocolmo cuando le entregaron el premio, los pleitos legales a que se ha visto sometido, conversatorios que generaron una manera de educar y enseñar literatura desde el entusiasmo de la vitalidad, la anécdota y la provocación y mostraron el valor del Tolima y de los tolimenses. Si los nombres mencionados no representan la cultura nuestra, entonces en qué estamos. Por otra parte, la participación en la Feria Internacional del Libro en Bogotá que esta vez cumple 25 años de haber sido fundada por Jorge Valencia Jaramillo, es notoria, mucho más cuando el stand que tenemos organizado por la gobernación y su dirección de cultura, tiene ahora amplias dimensiones como nunca antes. No debemos olvidar que Ibagué, en un cuarto de siglo, no hacía presencia oficial en este evento mayúsculo y ahora por vez primera lo hace con lujo y stand propio, tal como lo ha hecho solamente el Líbano desde hace varios años. Un conjunto de acciones que nos dejan saber que estamos respirando otro aire en el tema de la cultura.