Por: Carlos Orlando Pardo
Tras nueve años de vivir en México y doce en Barcelona, el retorno a su tierra del triunfante novelista tolimense Héctor Sánchez Vásquez se cumplió hace algún tiempo. No vive en Ibagué sino en su casa, un lugar amplio y apacible con mecedora en el balcón para sus tardes de lectura y una selecta biblioteca con los autores de su predilección. Al frente de sus ojos un parque poblado de farolas y a lo lejos un paisaje de montañas. Cocina él mismo con la pasión de un chef y a veces cuando ha terminado su jornada concentrado en la escritura incansable de sus libros, invita a sus amigas y escritores a compartir una cena, una copa de buen vino, un tequila al estilo azteca o un escocés a las rocas condimentado con su conversación exquisita.
Desde hace 45 años empezó su carrera literaria sin tregua alguna y sin ocupar nunca ningún puesto diferente al de su escritorio, ha sobrevivido con decoro dedicando su vida a la cultura. Escribe ocasionalmente notas para revistas extranjeras, ofrece conferencias en universidades, canta en las noches de bohemia acompañándose de su guitarra y viaja cuando le pica el deseo de volver a ser un trashumante. Figura entre los escritores más significativos de América Latina de la generación que sucedió al boom encabezado por Gabriel García Márquez y sus libros aparecen rodeados de expectativa en las más sobresalientes editoriales de México y España, Chile y Argentina, sin descontar las de Colombia. Ahora, desde febrero, Pijao Editores inicia una nueva colección al conmemorar sus primeros cuarenta años con su novela El robo de la cañonera, un libro de aventuras que sucede en el Amazonas. Héctor Sánchez tiene en su recorrido no pocas notables distinciones. Ganó el Premio Nacional Esso con su novela Las causas supremas que fuera llevada a versión de telenovela bajo el título de El Faraón y fue finalista en el prestigioso Premio Rómulo Gallegos que conquistara William Ospina, una especie de Nobel para América Latina. Está incluido en importantes antologías de cuento, uno de ellos rodado en película y su obra es objeto de estudios académicos en universidades, apareciendo con honores tipográficos en Manuales de historia de la literatura y hasta en un libro dedicado a su vida y a su obra. Para la próxima Feria Internacional del Libro en Bogotá, antes de partir a la de Guadalajara en noviembre como invitado especial, también saldrá reeditada su novela Entre ruinas, en la selecta colección azul de Caza de Libros, cuya primera salida estuvo patrocinada por Carlos Barral, en la editorial Argos Vergara de Barcelona. Como si fuera poco, para la primavera, El robo de la cañonera se lanzará con su presencia en Madrid, Barcelona, Lisboa y Paris, no sin haberla presentado en las más importantes capitales colombianas, promovido por su editorial.
HÉCTOR SÁNCHEZ |
Lejanos parecen los años en que se fue a México dirigiendo el grupo de teatro de la Universidad la Gran Colombia y decidió unas horas, antes del regreso, romper su tiquete. Quedó al amparo del poeta Álvaro Mutis, quien lo llevó a las editoriales a servir como lector, lo contrató para la MGM en el doblaje de películas y lo estimuló junto a García Márquez para que escribiera sus novelas adivinándole el talento. Fue en un coctel con ellos que conoció a María Antonia, una mujer mayor a quienes los maestros le aconsejaron no fijarse en ella, pero como un niño al que le prohíben una golosina, terminó atrapado entre sus fauces. Había sido la mujer del hoy presidente de Cuba y en su casa, que era antes la de Pablo Neruda, se escondieron las armas que llevarían en el barco Granma para iniciar la revolución cubana que derrotaría la dictadura de Batista. Se enamoraron y de esas pasiones tormentosas salió la novela Mis noches en casa de María Antonia, publicada por Pijao Editores. El famoso pintor tolimense Darío Ortiz había escuchado con anterioridad la anécdota y le dijo que si la escribía le regalaba un cuadro para que comprara una casa. Y así fue. Es la que actualmente goza junto a una secreta colección de libros firmados con otro nombre distinto al suyo y que publicaba el Fondo de Cultura Económico de México sobre temas, por ejemplo, como las enfermedades mentales allí. Conoce a profundidad El Quijote y ofrece charlas apasionantes sobre el libro. Amigas suyas como Walkiria, la consagrada compositora e intérprete a quien él adora, le dedica conciertos privados en su casa junto a sus amigos como William Ospina o Benhur Sánchez, y prepara cenas exquisitas. Como la que hará en febrero, tras sus giras, para celebrarle el comienzo de una renovación vigorosa en su tarea literaria. Y brindar por la revista Pijao que sale dedicada a su vida y a su obra.